domingo, 17 de noviembre de 2013

Cinco décadas repartiendo amor salesiano por utrera

Nardos, gladiolos y rosas blancas para una jornada histórica en Utrera. Las calles del centro de la ciudad lucían ayer exornadas para la ocasión. Algunos, despistados, se preguntaban cuál era el motivo para tanto adorno en una tarde de octubre. La respuesta llegó de la mano de la Virgen de las Veredas, que protagonizó una salida extraordinaria con motivo del cincuentenario de la hermandad de los Estudiantes. 

La cofradía salesiana vivió ayer un especial cierre para esta efemérides, con la imagen de su dolorosa presidiendo un acto que quedará grabado en la historia cofrade de Utrera. Que no hubiera permiso para salir a la calle con el paso de palio completo hizo que ayer se pudiera ver una estampa que recuerda a la primera vez que esta imagen procesionó. Era el Martes Santo de 1975 y, como no estaba terminado el proyecto, la Virgen salió en su paso, pero sin el palio.Ayer pudo verse a la Virgen de las Veredas, en sus andas procesionales de cada año, pero modificando totalmente la estética de las mismas para asemejarlas a un paso de gloria. 

Así, pudo verse una cuarta parte de la candelería habitual, cuatro candelabros de guardabrisa –de la hermandad de Santa Marta, de Los Molares-, dos ánforas pequeñas más –de la Virgen de los Ángeles–, ramos de cera… 

Pero, además, el vestidor de la dolorosa del Martes Santo añadió a esos detalles otros elementos que servían de recuerdo a otras advocaciones utreranas. Todas las hermandades de penitencia –además de la patrona– estaban representadas en un paso que, en la primera parte del recorrido, presidió el rezo de un rosario hasta que, al llegar al porche de la parroquia de Santa María de la Mesa, se celebró una eucaristía. La torre del templo y el entorno de su puerta principal lucieron exornados para esta especial ocasión, al tiempo que los miembros de la asociación de campaneros hicieron sonar los bronces de la iglesia mayor de la ciudad en tono festivo. 

A continuación, el cortejo inició una procesión triunfal por numerosas calles, la mayoría de ellas distintas a las que recorre cada Martes Santo, con los compases de la asociación musical Álvarez Quintero. 

Flores de papel, arcos, banderas, una alfombra de sal, gallardetes,… exornaron los distintos puntos por los que discurrió un cortejo que incluso dedicó un momento a recordar a todos los capataces que han cogido el llamador de los dos pasos a lo largo de estas últimas cinco décadas. 

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